viernes, 9 de agosto de 2013

DESPUES DE LA TORMENTA

Venezuela, país con 14 años de un proyecto político denominado “Revolución Bolivariana” en cabeza del desaparecido comandante Hugo Chavez Frias, se volvió el centro de la tormenta mediática al anunciarse los resultados  en las últimas elecciones presidenciales, el pasado abril 14 de 2013, las cuales dieron como ganador a Nicolás Maduro. Entonces se inicia una tormenta que en el pasado democrático ha tenido antecedentes de menor intensidad, al caso venezolano, ante resultados electorales que dan como ganador a alguien con escasa diferencia. Casos fueron lo de George W. Bush quien en el año 2000 ganó las presidencias de USA, ante su oponente  Al Gore, con una votación inferior, y con la polémica que nunca se diluyó de fraude en unos colegios electorales. O el caso de Felipe calderón quien gana las elecciones en México año 2006, frente a su oponente, Andrés Manuel López Obrador, con una votación inferior al 1% porcentual, ambos con 15.000.000 de votos aproximadamente.
En el caso que no aqueja fue poco mayor al 1% porcentual, inferior a los 300.000 votos, que para unas elecciones donde participan más de 14.000.000 de personas es una diferencia muy  corta. Tormenta inició su forma ante la suspicacia que generó la caída del internet en todo el país durante 1 hora , tiempo que para la fecha en mención, le interrumpió una llamada por SKIPE a 2 familiares que se encontraban en Colombia y Venezuela respectivamente, este uno de muchos ejemplos, y una alocución de Enrique Capriles  quien llevaba en las manos una montaña de hojas superior en tamaño a un resma de 500 hojas, donde según el candidato opositor y derrotado, se plasman 3.000 inconformidades ocurridas durante las elecciones. Tormenta que siguió en declaraciones en los mass medias donde opositores exigen conteo del 100% de las mesas mientras que el oficialista pico en punta solicitando lo mismo en su discurso de triunfo, pero sin hacerlo oficial hasta 3 días después por parte de Capriles.
Tormenta que paso de lo mediático a lo físico cuando días después de las elecciones multitudes con camisa de campaña opositoras queman comandos electorales de la campaña oficialista y ocurren otros desmanes que dejan 8 personas muertas entre ellas un colombiano, situación que coincidiría con las teorías de masa de Gustav LeBon y Sigmun Freud, y señalando el dedo de la justicia hacia los simpatizantes airosos de la campaña perdedora. Tormenta que amenaza en volverse huracan  ante la convocatoria de marchar en caracas y hasta el palacio de Miraflores, por parte de los opositores, para el miércoles 17 de abril posterior a las elecciones, y la prohibición, del presidente electo, a que la marcha entre a Caracas, bajo el argumento de la similitud de este evento y el ocurrido en 2.002 donde se le dio un golpe de estado  a Hugo Chavez, por lo que al final se cancela esta marcha.

Llega el día de la posesión, la protesta fue pacífica y con cacerolazos desde las ventanas de las casas, acto comparable con las marchas de las antorchas y del silencio convocada en 1946  por Jorge Eliecer Gaitán, la huelga de hambre de Robinson Devia y colaboradores en 2010, o la marcha de la MANE en 2011. Lo que se presuponía en parte el fin de la tormenta política venezolana.
Pero la tormenta no terminó, Capriles inpugnó las elecciones, el jefe de campaña oficialista acusa al candidato opositor de haber impugnado las mesas donde ganó. La oposición exige la auditoria del 100% de las mesas, el CNE venezolano cumple las leyes de ese país, y en un inicio ante la solicitud, audita el 60% de las mesas, lo que estadísticamente representa una muestra inmensa, y argumentando el CNE que sus auditorías electorales son las más rigurosas del mundo. La OEA manifestó no reconocer el gobierno electo hasta que no se auditara el 100% cosa que este órgano internacional no hizo cuando Bush Ganó en USA en el 2.000 o Calderón ganó en México en el 2006. Ante esto el oficialismo lanza acusaciones de intervencionismo y se ampara en las entidades internacionales que fueron veedoras de las elecciones, como lo fueron UNASUR, Registradurias en Latinoamérica, entre otros. El gobierno continua su acusación contra Capriles por incitar a  la violencia, este en tono retador dice que no tiene miedo, e insinúa un “vengan por mi” y el ultimo hecho de estos días fueron las declaraciones de Tibisay Lucena, presidenta del poder electoral, donde refiere que la auditoria que se realizará en mayo, está ya posterior al 60% auditado, será del 40% hasta ahora no auditado, la cual definirá, si las maquinas usadas en las elecciones tuvieron alguna falla y que estas no cambiarían la decisión del ganador, aclarando que hasta el momento se han realizado 18 auditorías.
Todos estos hechos muestran la continuidad para futuras semanas de una tormenta política que se sostendrá en el tiempo, con un oficialismo que se mantendrá en el poder escudado en los resultados oficiales, y unos sectores de derecha tradicional en Venezuela que en otrora gobernaron sin éxito, esta vez con la fabricación de un candidato con discurso Social Demócrata y cuyos intereses no los van a ceder tan fácilmente. Ya a estas alturas nadie recuerda los 40.000 votos de Venezolanos que les dijeron no a las férrea peleas encarnadas entonces por los candidatos Nicolás Maduro y Enrique Capriles durante el mes de las elecciones, 40.000 votos reflejados en los candidatos Eusebio Mendez, Maria Bolivar, Reina Sequera, Y Julio Mora. Al final segiremos viendo igual que en los últimos 14 años una pugna de poder entre 2 sectores políticos, pero esta vez sin la presencia de Chaves y con nuevos matices de confrontación.


Twitter @psicopolitico

Abril 28 de 2013 

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