Todos recordamos los
problemas, principalmente económicos que ocurrieron en la frontera
colombo-venezolana, después de la reunión que sostuvo el presidente Santos con
el líder de la oposición vecina Enrique Capriles a finales del pasado Mayo. En
aquel momento dentro del país de Santander la polémica la centraron en “la
dignidad nacional de recibir a quien queramos”, en “la indignación ante las
palabras del presidente Maduro interpretadas por algunos como chantaje cuando
afirmó que aquella situación podía afectar el proceso de paz”; incluso los
extremistas en opinión política fueron capaces de decir que el recién
posesionado gobierno Bolivariano se reventaría muy pronto por dentro y que
había que empatizar con el futuro mandatario de la tierra de Miranda. 2 meses
después el panorama parece darles la razón a las personas con ideas contrarias
a las aseveraciones anteriores. El 31 de mayo en una charla en Barranquilla el
Senador Robledo recordó las angustias de las familias de comerciantes de la
frontera y la inconveniencia de esa reunión para las relaciones bilaterales,
otros dijeron en el momento que los 2 presidentes deben tener una comunicación
directa y dejar de lado la diplomacia de micrófono, otros comentarios iban
dirigidos a que la reunión no trajo nada positivo a Colombia, a que no se puede
invitar a la casa propia al enemigo del vecino que bien nos ha tratado,
refiriéndonos por supuesto al aporte que los socialistas Bolivarianos le han
dado al proceso de paz con las FARC-EP en La Habana. Los hechos de estas
últimas 2 semanas en donde Santos y Maduro se reúnen cordialmente, y en pasados
días lo hacen María Ángela Holguín y Elías Jaua fortaleciendo convenios
bilaterales nos demuestran que el mejor camino en las relaciones
internacionales nunca será la confrontación, que el gobierno hizo bien al
reabrir los canales de comunicación
directos y posteriores canales comerciales y que efectivamente lo único
que trajo la reunión con Capriles fue 2 meses de atraso en el trabajo entre las
2 naciones. Queda en el tintero el informe de Jose Vicente Rangel que hizo
revuelo por aquellos días donde entre otras afirma que la OTAN tiene en la base estadounidense en
Malambo Atlántico aviones de guerra destinados a una posible intervención
militar contra el país petrolero, cosa que no sería extraña viendo los
antecedentes de Afganistán, Irak y Libia, y la coincidencia de la llegada de
estos aviones con la visita del Vicepresidente de USA, la cual coincidió con el
cambio de actitud de santos frente a Venezuela. Posible intervención militar
que contaría con la participación estelar de Capriles y compañía, actores
principales de la desinformación y toma de poder momentánea en el intento de
golpe de estado contra Chavez en el 2.002, el intento de general
desestabilización política en pasados días con el supuesto registro civil de
nacimiento de maduro en Cucuta, el cual ya fue desmentido por la registraduria
colombiana.[1]
Todo esto sumado por supuesto da un mal ambiente de afuera contra Venezuela.
Twitter @psicopolitico
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